Bruselas más allá de la Grote Markt
Bruselas, toma de contacto
Cuando piensas por primera vez en ir a Bruselas y empiezas a hacer búsquedas en internet, es muy probable que el 90% de las imágenes que aparecen sean de la Gran Plaza o Grote Markt. Wow! ¡Impresionante! Si sigues buscando por imágenes, los otros puntos clave de la ciudad que aparecen son: el Atomium, monumento de la Expo58 que representa un cristal del hierro ampliado 165 mil millones de veces y el Manneken Pis, que es la figurita del niño que hace pis.
Pero ¿esto es todo lo que hay que ver en Bruselas? Claro que no. Obviamente visité lo típico, excepto el Atomium que quedaba un poco lejos de mi ruta y además, hice cosas algo más atípicas que ahora os cuento.
Bruselas Multicultural
Una de las recomendaciones que recibí a llegar a Bruselas fue la de visitar alguno de estos barrios y poder ver cómo se integran en edificios típicamente belgas las costumbres y tradiciones de los distintos pueblos que los habitaban. Esta integración hace de Bruselas una ciudad totalmente multicultural. La ciudad está dividida en barrios en función de la población que los habita. De este modo, los españoles y portugueses están en la zona de Saint Gilles al sur de la Grand Place, Molenbeek es el barrio árabe, en Matongé es donde encontramos la zona africana o Schaarbeek donde está la mayor parte de población turca.
En Molenbeek disfrutamos de una mañana típica de mercado, rodeadas de tiendas y puestos ambulantes de venta de ropa, accesorios, verduras y fruta. Un barrio tranquilo, muy enraizado y donde en el momento que decíamos ser españolas recibíamos una mirada alegre y palabras amables.
Compramos aceitunas como las de la foto si… y no os imagináis lo buenas que estaban. Creo que son las mejores que he probado en mi vida.
Después de comer nos dirigimos a Mantongé, entramos en el centro comercial situado en un semisótano, que nos recibía con murales coloridos sobre paz y convivencia. Además de tiendas con música tradicional africana y alguna tienda de ropa, en su mayoría nos encontramos peluquerías; trenzas, alisados, extensiones, etc. Era 31 de diciembre en Bruselas, así que imagino que la gente se estaría preparando para Nochevieja.
El comic en Bruselas
Autores tan internacionales como Hergé, creador de Tintín; Morris autor de Las aventuras de Lucky Luke o Peyo, quien dio vida a Los Pitufos, eran belgas. Algunos nacieron en Bruselas y otros vivieron aquí por un tiempo, esto hace que Bruselas sea la cuna del cómic belga y por extensión mundial.
En los años 90, como parte del proceso de rehabilitación del casco histórico, se decidió pintar las paredes que quedaban al descubierto tras los derribos para alienar las fachadas, con viñetas del mundo del comic. De modo que paseando por Bruselas te recomiendo que estés bien atento a cada rincón y pared para poder disfrutar de estas obras urbanas.
Si eres muy fan del cómic seguro que te gusta esta visita guiada del cómic en Bruselas o disfrutarás en el Museo del Cómic. Si lo tuyo es pasión por Tintín entonces te recomiendo ir a ver el museo de Hergé, eso sí está a más de una hora en tren desde Bruselas. Recuerda que Tintín en Bélgica no se pronuncia “tintín” sino “tantan” 🙂
Mis recomendaciones:
Alojamiento:
- HI Hostel Bruegel Brussels – Una ubicación excelente, a 5 minutos caminando de la Grand Place. Las habitaciones un poco pequeñas pero limpias.
Bares, Restaurates y cafés:
- Delirium Café – Famoso por la cerveza Delirium Tremens, podrás probar más de 3.000 variedades distintas de cerveza.
- Celtica – Tienen cervezas normales y trapenses a muy buen precio (2-4€) y además hay música en directo.
- The Big Game – Puedes conseguir cerveza por 1€ si vas en Happy Hour. Para pedir la más barata se pide una Pinche o se levanta el meñique 🙂
- Big Mama – Podrás degustar cocina tradicional belga en un ambiente muy familiar y moderno.
- Fritland – Se dice que aquí están las mejores patatas fritas de Bruselas, que son frescas y cortadas a mano. Ya sabes unos de los platos estrella de la cocina belga.
- Le Café Novo – Ideal para hacer una parada en el camino y tomar un café tranquilamente cerca de la Grand Place pero sin el barullo ni los precios de ésta.